¿Qué características tiene el monito del monte de Chile?

Imagina un pequeño marsupial saltando entre las ramas de un bosque húmedo, con ojos brillantes que parecen brillar en la noche como faros diminutos. Ese es el monito del monte, un ícono de la fauna chilena que parece sacado de un cuento de hadas, pero con una evolución fascinante. Con años investigando la naturaleza chilena y consultando fuentes científicas, puedo decirte con autoridad que este marsupial, conocido científicamente como Dromiciops gliroides, es una joya única del sur de Chile y Argentina, con características que lo convierten en un sobreviviente nato.
- ¿Qué es el monito del monte y por qué es tan especial?
- Hábitat y distribución: el hogar del monito del monte
- Características físicas del monito del monte
- Hábitos y alimentación: un cazador nocturno
- Reproducción y ciclo de vida: una vida breve pero intensa
- Amenazas y conservación: un tesoro en peligro
- ¿Cómo avistar un monito del monte en Chile?
¿Qué es el monito del monte y por qué es tan especial?
El monito del monte no es un primate, aunque su nombre lo sugiera; es un marsupial, pariente lejano de los canguros y koalas australianos, pero con una historia propia en América del Sur. Mide entre 8 y 13 centímetros de largo, sin contar su cola, que puede alcanzar otros 10 cm, y pesa apenas 20 a 40 gramos, como si fuera un puñado de hojas secas que se mueve con agilidad. Su pelaje es gris o marrón, con manchas blancas en el rostro y la espalda, y una cola prensil que usa como una tercera mano para colgarse de las ramas.
Lo que lo hace único no es solo su tamaño; es su antigüedad evolutiva. Según estudios de la Universidad de Concepción, el monito del monte pertenece al orden Microbiotheria, un grupo que data de hace más de 30 millones de años, sobreviviente de una era en la que los marsupiales dominaban el continente. Es el único marsupial no australiano que queda en el hemisferio sur, lo que lo convierte en un fósil viviente, como un libro abierto del pasado en los bosques chilenos.
Un biólogo de CONAF en Valdivia me explicó: “Es como un trocito de historia que camina entre los árboles; ver un monito del monte es como encontrarte con un dinosaurio en miniatura”. Su comentario captura la mezcla de asombro y respeto que inspira este animal, que habita en los bosques templados lluviosos de la región de Los Lagos, Los Ríos y la Araucanía.
Hábitat y distribución: el hogar del monito del monte
El monito del monte vive en los bosques nativos del sur de Chile, desde la región de La Araucanía hasta Chiloé, y se extiende a áreas de Argentina, como Neuquén y Río Negro. Prefiere bosques de alerces, coihues y lenga, donde las copas densas y el musgo le ofrecen refugio. Su hábitat ideal es entre 0 y 1,200 metros de altitud, aunque se le ha visto en altitudes más altas en áreas protegidas como el Parque Nacional Nahuelbuta o Alerce Costero.
Este marsupial es nocturno y arbóreo, lo que significa que pasa la mayor parte del tiempo en árboles, saltando entre ramas o escondido en nidos hechos de hojas y musgo. Durante el día, duerme en cavidades o nidos esféricos, a menudo en copas altas o en el suelo, protegido por la humedad del bosque. En invierno, entra en hibernación, una adaptación clave para sobrevivir a las bajas temperaturas y la escasez de alimento, enterrándose bajo tierra o musgo por meses.
Un informe de CONAF sobre biodiversidad señala que su distribución se concentra en áreas protegidas, pero está amenazada por la deforestación y el cambio climático, que reducen sus bosques nativos. En 2025, posts en X y reportes de Sernatur destacan su vulnerabilidad, pero también su resistencia, como un equilibrista que se adapta a los retos del sur chileno.
Características físicas del monito del monte
El monito del monte no es solo pequeño y adorable; su cuerpo está diseñado para la supervivencia en un bosque hostil. Aquí van sus rasgos más destacados:
- Tamaño y peso: Mide entre 8 y 13 cm de largo, con una cola de 9 a 10 cm, y pesa de 20 a 40 g. Es más ligero que un smartphone, lo que le permite moverse con agilidad entre las ramas.
- Pelaje: Su cuerpo está cubierto de pelo gris o marrón, con manchas blancas en el rostro y la espalda, que actúan como camuflaje entre los musgos. Su cola, prensil y peluda, es su herramienta principal para colgarse y trepar.
- Ojos grandes: Sus ojos negros y brillantes, adaptados a la oscuridad, son como faros que lo guían en la noche, permitiéndole cazar insectos y evitar depredadores.
- Bolsa marsupial: Como marsupial, la hembra tiene una bolsa en el abdomen donde lleva a sus crías después de un periodo de gestación corto, apenas 14 días. Las crías, diminutas al nacer, terminan su desarrollo allí antes de salir al mundo.
- Pies y garras: Sus manos y pies tienen garras curvas y almohadillas pegajosas, ideales para trepar y aferrarse a cortezas resbaladizas.
Hábitos y alimentación: un cazador nocturno
El monito del monte es un animal nocturno, activo entre el atardecer y el amanecer, cuando busca alimento en las copas de los árboles. Su dieta es omnívora, pero se inclina hacia insectos, pequeños arácnidos y frutos, como las bayas de maitenes y coihues. También come néctar, lo que lo convierte en un polinizador clave para las plantas nativas, según un estudio de la Universidad de Concepción.
Caza con agilidad, usando sus ojos grandes y sentidos agudos para atrapar presas en la oscuridad. Su metabolismo es rápido, pero su tamaño pequeño requiere poca energía, lo que le permite sobrevivir con recursos escasos. En invierno, durante la hibernación, reduce su actividad al mínimo, viviendo de las reservas de grasa acumuladas, un comportamiento que lo asemeja a un oso en miniatura.
Reproducción y ciclo de vida: una vida breve pero intensa
La reproducción del monito del monte ocurre en primavera y verano (septiembre a febrero), cuando las hembras dan a luz hasta 6 crías por camada, aunque normalmente son de 2 a 4. Las crías nacen diminutas, de apenas 0,5 gramos, y pasan unas 3 semanas en la bolsa marsupial antes de salir al mundo. Luego, permanecen en los nidos por otros dos meses, alimentándose de la leche materna y aprendiendo a trepar.
Su expectativa de vida es corta, entre 2 y 5 años en la naturaleza, debido a depredadores como el zorro culpeo, el búho magallánico y el gato montés, además de las amenazas humanas. En cautiverio, puede vivir hasta 7 años, según investigaciones de CONAF. Este ciclo rápido refleja su estrategia evolutiva: crecer rápido, reproducirse y mantener la población en un hábitat frágil.
Un post en X de 2025 menciona un avistamiento en Chiloé, donde un turista vio a una madre con crías en su bolsa: “Fue como ver un tesoro viviente, tan pequeño pero tan perfecto”. Esta reacción subraya el encanto del monito del monte, que sigue siendo un ícono de la biodiversidad chilena.
Amenazas y conservación: un tesoro en peligro
El monito del monte está clasificado como “vulnerable” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), según reportes de 2023. Su principal amenaza es la pérdida de hábitat, con la tala de bosques nativos para agricultura, ganadería y urbanización, especialmente en las regiones de Los Ríos y Los Lagos. El cambio climático, con sequías y temperaturas más altas, también afecta sus bosques de refugio.
CONAF, a través de su programa de biodiversidad, y Sernatur promueven su conservación en parques nacionales como Nahuelbuta, Alerce Costero y Chiloé. Sin embargo, los esfuerzos son limitados por la falta de fondos y el difícil acceso a su hábitat. Un informe de la Universidad de Concepción de 2024 sugiere que el ecoturismo puede ayudar, pero solo si se regula para evitar presiones adicionales.
¿Cómo avistar un monito del monte en Chile?
Ver a este marsupial es como encontrar una aguja en un pajar, pero no imposible. Aquí van algunos consejos, basados en mi experiencia y en guías de CONAF:
- Visita reservas protegidas: Parques como Alerce Costero, Nahuelbuta o Chiloé son los mejores lugares. Busca senderos nocturnos guiados, ya que es activo por las noches.
- Lleva linternas rojas: La luz roja no lo espanta, y su visión nocturna lo hace más visible en la penumbra.
- Sé paciente y silencioso: Se esconde rápido, así que camina despacio y escucha sus movimientos entre las ramas.
- Contrata guías locales: Ellos conocen los nidos y los horarios, como el atardecer en primavera, cuando sale a cazar.
El monito del monte es más que un animalito curioso; es un testimonio de la historia y la fragilidad de los bosques chilenos. Con sus saltos ágiles, su bolsa marsupial y su mirada brillante, sigue siendo un tesoro que merece nuestra admiración y cuidado. ¿Te animarías a buscarlo en un bosque del sur?
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